Cuando Amanda oyó hablar de Oso, un perro abandonado y perdido en las montañas de Evan’s Creek, decidió actuar de inmediato. Junto con su amigo Dylan, se pusieron en marcha para intentar localizar al solitario perro.
Durante más de una hora, Amanda y Dylan intentaron convencer a Bear con comida y golosinas, pero su plan fracasó.
Al día siguiente, cuando volvieron, vieron a Oso en la misma zona. Volvieron a intentar convencerle de que se acercara para poder ayudarle, pero fue en vano.
Fue entonces cuando a las chicas se les ocurrió una idea, cuanto menos, muy creativa.
Decidieron que Amanda se tumbaría y «se haría la muerta», actuando como si necesitara ayuda.
Dicho y hecho: Al día siguiente, Amanda se tumbó en el suelo en la zona donde sospechaba que estaba Oso.
Y lo que ocurrió dos horas después ha llenado de calor el corazón de miles de amigos de los animales.
Todo empezó cuando un conductor vio a un perro en un camping de Evans Creek, en el estado de Washington.
El perro parecía asustado y desnutrido. El perro se puso agresivo cuando el conductor intentó acercarse a él.
Unos días después, una chica llamada Amanda se enteró de la existencia del perro salvaje, conocido como Bear.
Pero Amanda no se dio por vencida. Una hora más tarde, había vuelto. Esta vez, simplemente se sentó junto a Amanda.
En las dos horas siguientes, Amanda se ganó la confianza de Oso y él pudo estar seguro de que no quería hacerle daño.