«Si alguien me hubiera dicho hace unos años que iba a ‘dibujar’ un ojo nuevo para una persona que físicamente no lo tiene, probablemente me habría limitado a sonreír y no me lo habría creído. Pero cuando un joven entró en mi estudio, toda mi vida profesional alcanzó de repente un nuevo nivel». Esta es la historia de un hombre que encontró una forma extraordinaria de recuperar la confianza en sí mismo: con la ayuda de un talentoso artista del tatuaje que le dio un nuevo ojo.La reconstrucción de su rostro se convirtió en un proceso largo y complejo. Su nariz estaba casi destruida, y los médicos sugirieron un método radical: hacerse una nueva nariz en el brazo antes de transplantársela a la cara. Pero Pavel, que también padecía diabetes, sabía que toda operación conllevaba riesgos. «Tengo diabetes y cada operación es un riesgo. Además, estaba harto de médicos y bisturíes interminables», admitió.
En su lugar, se sometió a un injerto de piel en el lado derecho de la cara, que tuvo que curar durante casi un año. Entonces, los médicos hicieron algo inesperado: trajeron escultores. Sí, escultores de verdad. Utilizando viejas fotografías de Pavel, dieron forma a su nueva nariz para que pareciera lo más natural posible. En el interior, una estructura hecha a medida ayudó a mantener la nariz estable.